Aquí dejo la historia con la que ganés el concurso literario del instituto hace tiempo. Espero que os guste.
Hace mucho tiempo, en un reino del que nadie recuerda el nombre, vivió un joven rey atormentado porque no encontraba reina. Un día, en la orilla del río, econtró a una bella joven que se estaba lavando el pelo. Ella le miró, y en sus ojos había algo sobrenatural. Un hada, o una náyade. Ella habló, y su voz sonó como el agua bajando por una cascada.
-Mi nombre es Ilara. Soy una náyade, como ya has visto, y si me das una corona dorada-que no era otra cosa que el liderazgo del reino-te concederé tu mayor deseo.
El rey no logró pillar lo de la corona dorada, y buscó afanosamente otra. Al ver que no la encontraba, volvió a verla. Ella le dijo que le daría reina, sí, pero debían entregarle su primer hijo.
Pasaron los años, y pronto el rey tuvo un niño. En el momento que nació, Ilara se presentó en el palacio, reclamándole el niño. El rey le dijo que esperara algo más. Ella le dio diez años.
Poco después tuvieron otro niño, pero mientras que el primero era alto, esbelto, guapo e inteligente, el segundo era bajo, rechoncho, feillo e inocentón. Cuando el primero cumplió los 10 años, Ilara se volvió a persentar, y volvió a decirle que no. Le dio cinco años esta vez, sintiéndose humillada.
Cinco años después pasó lo mismo, pero Ilara no quería esperar más. Hizo creer al rey que se había olvidado de todo, y calló durante dos años. Después de esos dos años mandó al hijo pequeño a otro lugar muy lejano, con una princesa que le quería, y él a ellla; y una noche, mató a la reina para que el reino no tuviera descendencia.
Tiempo después, el príncipe estaba cazando en el bosque cuando oyó gritos de una mujer que pedía ayuda desesperadamente. Él no dudó, se internó en la espesura...
Y nadie le volvió a ver.
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